Las noches perturbadas no sólo nos privan de los muchos efectos beneficiosos del sueño, sino que también tienen otras consecuencias indeseables. La somnolencia, la depresión y la obesidad son sólo algunas de las enfermedades que pueden afectar a los que duermen mal.

¿No dormir lo suficiente mata? Si bien esto puede parecer una exageración, la privación de sueño aumenta la mortalidad. De hecho, la privación de sueño aumenta el riesgo de hipertensión, enfermedades cardiovasculares o diabetes. Las consecuencias físicas y psicológicas se sienten en la vida cotidiana. Todos lo hemos experimentado: Si hemos dormido poco o mal, nos despertamos sin energía. Esto no es sorprendente, ya que la falta de descanso afecta a la resistencia y conduce a una disminución del rendimiento físico.

Lo que es más grave aún, la somnolencia afecta al juicio y dificulta la evaluación adecuada de los riesgos que conlleva. La somnolencia es, pues, una causa importante de accidentes, especialmente al volante: según la Oficina Suiza de Prevención de Accidentes, es responsable del 10 al 20% de los accidentes de tráfico.

Aumento de peso y pérdida de moral

Las noches inquietas prometen oscuros mañanas. La mala memoria, la falta de concentración, la irritabilidad y los trastornos del estado de ánimo son a menudo la suerte de quienes no duermen lo suficiente. La fatiga es también un signo conocido de depresión: la mayoría de las personas que sufren esta enfermedad se quejan de insomnio. Es cierto que cuando pasas las noches rumiando, a menudo te duermes tarde y te despiertas muy temprano en la mañana.

En cuanto al peso, la falta de sueño no está exenta de consecuencias. La falta de sueño altera el equilibrio entre las hormonas involucradas en el aumento de peso. Así, priva al cuerpo de una primera hormona, la leptina, que frena el apetito y es secretada por las células grasas durante el sueño. Las noches malas paralizan en parte este freno que impide comer en exceso.

También conducen a la producción de orexina adicional, una hormona que reduce la fatiga mientras que anima a la gente a comer sólo por placer, incluso cuando no sienten la necesidad de hacerlo. La conclusión es que cuando no dormimos bien, el hambre aumenta y tendemos a picar entre comidas. No hay nada como eso para acumular kilos.

La privación del sueño es historia

Muchos de los grandes desastres industriales y tecnológicos de los últimos decenios han sido causados por la privación del sueño, entre otras cosas. Entre ellas figuran la explosión en 1984 de la planta de plaguicidas Union Carbide en Bhopal (India), la explosión del transbordador espacial estadounidense Challenger en 1986 y el hundimiento del buque cisterna estadounidense Exxon Valdez en la costa de Alaska en 1989. Aquellos con grandes responsabilidades deben por lo tanto asegurar un buen descanso nocturno.

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